Hoy me encontrado dos gorriones bien gordos
en dos sitios diferentes, los dos con las alas mojadas,
el primero se movia con dificultad,
he querido cojerlo, acariciarlo, a veces me creo San Francisco,
y me olvido de que los gorriones me temen,
la diferencia de tamaño es tal que no entran
en consideraciones a cerca de mi amor.
Lo he dejado en paz con una dulce y triste ternura.
El segundo me he limitado a mirarlo.
Solo ternura y alegria.
Hoy al abrirse la puerta de una casa durante mi reparto
un Yorkshire
me ha obsequiado con todo un repertorio de olisqueos,
patitas en los pantalones, miradas para comerselo,
veloces cabalgadas por el pasillo de madera
del rellano (rellano pijo) que invariablemente terminaban
en un resbalarse y deslizarse por el pasillo
que yo creo que le divertia...
¿que le pasa hoy al mundo?
¿Es que me lo han cambiado?
¿es que se ha ido el invierno?.
Esto no es un haiku,
ni falta que hace
pero lo inscribo aqui
por que tiene esa cosa
que tienen los haikus:
Asombro.
y como ellos no pretende nada mas .
-Jose-
